lunes, 16 de junio de 2014

Raíces urbanas

Un grave error que se comete a menudo al plantar árboles en zonas urbanas es buscar árboles de raíz "pivotante" ("Taproot" en inglés).

Este término implica que la raíz es profunda y que por lo tanto no afectará los pavimentos o instalaciones superficiales, es un término real, la raíz pivotante existe en muchas plantas, las zanahorias y nabos son raíces pivotantes de sus plantas.

La mayoría de los árboles también tienen una raíz pivotante, es la primera que aparece al germinar la semilla y se clava en la tierra antes de que surja la primer hoja, luego se ramifica y surgen las raíces secundarias.

Sin embargo a los pocos años esta raíz pivotante deja de profundizar y el sistema radicular se vuelve fibroso, es decir que tanto las raíces de alimentación como las de anclaje se extienden horizontalmente tan lejos como sea necesario para darle sustento al árbol.

Gary Johnson, de la universidad de Minnesota, en su presentación "15 Años de investigación sobre raíces"(1) nos habla de tres tipos de raíces en los árboles:
  1. Raíces tipo corazón
  2. Raíces laterales
  3. Raíces pivotantes con laterales
Nos dice que las primeras son raras y las segundas muy comunes.




Del tercer tipo no aparecen en esta ilustración.



Pero Gary va mas allá de un simple "Raro" y "Común", nos habla de porcentajes:


En una muestra de 4,000 árboles solo el 2.5% tenían raíces verdaderamente pivotantes.


Un 15% las tenían tipo corazón.


El 82.5% eran de raíces laterales





En este trabajo Gary Johnson no habla de árboles urbanos ni menciona una especie en particular, solo habla de la generalidad de los árboles.

James Urban, en su libro "Up by roots"(2) publicado por la sociedad internacional de arboricultura, hace referencia a Tom Perry quien describía a los árboles como "Una copa de vino sentada sobre un plato extendido (Dinner plate)" donde el plato extendido son las raíces,

James Urban es un experto en árboles urbanos.

También lo son los profesionistas de Hellis Tree Consultants de Inglaterra, quienes en su página (3) expresan con toda claridad: "There is no such thing as an intrinsically 'deep rooted' or 'shallow rooted' tree species" Es decir: "No hay tal cosa como una especie de árboles que intrínsecamente sea de raíces profundas o superficiales".

La profundidad depende de muchos factores, los principales son la compactación del suelo, la posibilidad de aireación, la existencia de nutrientes y el acceso a la humedad.

En las zonas urbanas, la combinación de estos factores obliga a los árboles a desarrollar raíces superficiales, todo el suelo urbano está impactado de alguna manera y muchas raíces deben desarrollarse bajo pavimentos, sin aire suficiente, con pocos puntos de acceso a la superficie y pocos accesos para el agua.

Por eso debemos tener en mente al sembrar un árbol en la ciudad que el 95% de sus raíces se encontrarán en el primer metro de profundidad, se extenderán hasta dos veces la extensión de su fronda y por lo tanto debemos preparar el suelo para que se desarrolle de manera óptima sin causar daños al entorno construido.


Arq. M.A. Justo Edmundo Osorno Vizcaíno.
Brote urbano S. De R.L..
Coordinador del grupo de ecología y medio ambiente, CMIC, Jalisco.

Referencias.-
Todas las imágenes tomadas de (1)
(1) http://blog.lib.umn.edu/umtrees/trees/Johnson%20-%2015%20Years%20of%20Root%20Research.pps
(2) Up by roots, Autor.- James Urban. Publicado por International Society of arboriculture ISA (2008)
(3) http://www.hellistreeconsultants.co.uk/kbi1000014_tree_root_systems.html

miércoles, 6 de noviembre de 2013

El respeto es lo primero

Pueden existir muchas opiniones sobre lo que se debe hacer en una área verde pública, sobre las especies que deben plantarse, que diseño es el mejor, que actividades deben promoverse en ella, su mobiliario, su iluminación y muchas otra variables acerca de lo que conforma un jardín propiedad de una ciudad.

Sin embargo creo que antes de que las buenas decisiones en estos temas puedan surtir su efecto positivo en toda su magnitud, hace falta trabajar juntos en algo mucho más básico, en una cuestión de cultura cívica urbana que ha perdido vigencia en nuestra sociedad.


Estoy hablando del respeto.


La organización mundial de la salud recomienda al menos 7 metros cuadrados de área verde por habitante en una ciudad, la zona conurbana de Guadalajara en promedio cuenta con menos de 4.

En esta medición se incluyen muchas áreas que únicamente se marcan como jardines porque ese es su destino teórico, su uso de suelo, pero que en la práctica no tienen una cubierta verde o árboles o arbustos, algunos son simplemente lotes baldíos.

Además a través de los años se nos ha hecho fácil darle usos inapropiados a estos espacios, alentados por la falta de atención y vigilancia hacia nuestras áreas verdes estas se han convertido en estacionamientos, basureros, comercios y cualquier otra cosa que se nos ha ocurrido con el paso del tiempo.

Mientras en otras civilizaciones un árbol es sujeto de reverencia y digno de la protección, para nosotros es común ver agresiones hacia nuestros árboles convirtiéndolos en postes para nuestra propaganda, llenándolos de clavos, alambres y mecates, torciéndolos o mutilándolos para fijar estructuras de tianguis, toldos, etc.

La mayor parte de estas acciones están expresamente prohibidas en diversas leyes y reglamentos vigentes desde hace muchos años y la mayor parte de los ciudadanos lo sabemos, pero no lo respetamos.

Creo que el mensaje de este escrito es simplemente; Si no haces algo en pro de nuestros jardines, cuando menos respétalos, lo mínimo que se puede esperar de ti es que no los agredas, así las buenas acciones que se propongan para mejorarlos tendrán más esperanzas de salir adelante en tu beneficio.

Estoy seguro que el aporte cultural de promover el respeto hacia nuestros jardines se verá reflejado en muchos otros aspectos de nuestra vida ciudadana.

Arq. Justo E. Osorno Vizcaíno.

lunes, 15 de julio de 2013

La cuarta dimensión del jardín

Diseñar un espacio habitable utilizando organismos vivos, requiere invariablemente incorporar en sus condicionantes la dimensión de tiempo.

Un jardín no se diseña solo para el hoy, su construcción no termina el día en que se entrega la obra o cuando la plantación a concluido, eso que llamamos "mantenimiento" es en realidad una segunda etapa de la construcción y puede ser determinante para definir las características finales del espacio.

Transmitir esta visión a los propietarios de un área verde debe ser preocupación fundamental para cualquier paisajista, debe preparar a sus clientes para la necesidad de futuras intervenciones en el espacio, llámense podas, sustituciones, re-plantaciones, clareos, trasplantes o incluso re-diseños.

Normalmente queremos que nuestro espacio se vea como algo concluido y podamos disfrutar de todos sus beneficios cuando recién se inaugura la obra, también mientras las plantas se desarrollan y también por supuesto cuando las plantas llegan a su madurez, incluso cuando algunas de ellas llegan al fin de su ciclo vital y deben retirarse, un buen proyecto debe prever la imagen que tendrá el jardín a lo largo de todo este desarrollo.

Si esto no fuera suficientemente complicado también tenemos variaciones estacionales, aún en climas tan benéficos como el nuestro, las plantas tienen diferente aspecto a lo largo del año y debemos anticipar estos cambios para evitar paisajes desolados en invierno o saturados en verano, equilibrar las diferentes épocas de floración para armonizar el colorido del conjunto y que mientras una especie mengua en su color otra surja con nuevos tonos o que el color del follaje complemente el ciclo de todo el sistema.

Este equilibrio va más allá de los beneficios estéticos del jardín, los servicios ambientales que tanto necesitamos de las áreas verdes también deben optimizarse en función del tiempo para utilizar la menor cantidad de energía posible para su mantenimiento, permitir la adecuada filtración de agua al subsuelo, estimular la proliferación de vida animal, aprovechar el ciclo solar y todo ello en armonía con nuestras necesidades.

Todo un reto que requiere la participación de diseñadores, obreros, jardineros, propietarios y hasta de los visitantes ocasionales para lograr la integración de la naturaleza y el hombre en un entorno urbano, un jardín es una escultura viva, dinámica, siempre cambiante y que a final de cuentas nos aporta mucho más que lo que nos pide.

Arq. Justo E. Osorno Vizcaíno.

domingo, 9 de junio de 2013

Arboles por metro

Arboles por metro.

En nuestra querida Guadalajara y sus alrededores tenemos la pésima costumbre de comprar árboles "Por metro", es decir, cuando me piden un árbol normalmente la única especificación que se busca es que el sujeto tenga "X" metros de altura y esto es un grave error.

Esta costumbre se ve reflejada en la producción de árboles por muchos viveros de la zona, es fácil encontrar árboles de 4, 5, o más metros de altura pero con fustes que apenas logran 3 o 4 centímetros de diámetro, algo muy conveniente para viveristas poco conscientes ya que para lograrlo solo necesitan acomodar los árboles lo mas pegado posible unos a otros y dejar que se alarguen buscando el sol sin ocupar mucho espacio en sus tierras.

El problema empieza desde el transporte de estos árboles, continúa en su proceso de plantación y termina cuando ya plantado el árbol se enfrenta al reto de desarrollarse sin la protección que le dio la cercanía de sus hermanos en el vivero, las pobres varitas son sumamente quebradizas y se arquean por el peso del escaso follaje que logran generar, si tenemos suerte desarrollarán algunas ramas intermedias y al quebrarse el árbol podrá seguir vivo a partir de esa altura pero la mayoría de estos árboles están destinados a morir a los primeros meses de plantación.

Cuando un árbol se desarrolla plenamente, sin limitaciones, podrá mantenerse sólidamente erguido sin necesidad de apoyos externos a él en cada momento de su vida , para ello fortalecerá su tronco proporcionalmente a su altura y al peso de su follaje, floración y fruta, incluso se adaptará al estado del tiempo mientras crece, haciéndose resistente a los vientos normales de su entorno.

Un fuste grueso es buen síntoma de fortaleza estructural, es una base para el correcto desarrollo de todas sus partes, esta fortaleza no tiene sustitutos.

La ISA ( International Society of Arboriculture. www.isa-arbor.com ) recomienda poner tutores a los árboles solo bajo dos circunstancias muy concretas; Árboles cuyas raíces se ubican en suelos sumamente arenosos o en arcillas muy húmedas y árboles ubicados en zonas con vientos extremadamente fuertes.

Lo mejor es que cuando compres un árbol invariablemente busques que éste tenga al menos 7 centímetros de fuste medido a 30 centímetros de su base y una altura que a simple vista sea proporcional a esa medida, mientras mas grueso mejor si realmente quieres que todos tus árboles prosperen.

Si lo único que te interesa es gastar lo menos posible en cumplir con algún reglamento, aún así no tires tu dinero y busca árboles cuyas proporciones les permitan un alto porcentaje de sobre vivencia, fustes pequeños solo en árboles de hasta 1.50 metros de altura.

Aún cuando esté es solo uno de los aspectos que deben cuidarse, es un buen principio para mejorar nuestros hábitos de compra de árboles para la ciudad.

Arq. Justo E. Osorno Vizcaíno.

viernes, 24 de mayo de 2013

Ecología lógica para tu vida


Ecología lógica para tu vida.

El mundo entero está preocupado por nuestro medio ambiente, después de muchos años de especulaciones hoy contamos con pruebas científicas de que tenemos serios retos ambientales y que debemos modificar drásticamente nuestra conducta hacia la naturaleza si queremos superarlos, esto no es nada nuevo.

Gregory Bateson, antropólogo estadounidense, resaltó la idea de que existen niveles que proporcionan lógica al pensamiento humano y dan un orden a sus ideas modificando a su vez su entorno, este concepto fue retomado por Robert Dilts formalizándolo para construir una herramienta práctica que puede ayudarnos a alinear nuestros pensamientos y energía para lograr resultados positivos en nuestra vida.

Los niveles propuestos por Dilts, en orden creciente de profundidad son:
1.       Medio ambiente (Nuestro entorno)
2.       Conductas (Lo que hacemos)
3.       Capacidades (Lo que podemos hacer)
4.       Creencias o valores (Las razones de lo que hacemos)
5.       Identidad (Quienes somos)
6.       Trascendencia (Qué más nos importa)

En lo más profundo de nuestra conciencia se encuentra el nivel de trascendencia donde lo normal es que nos reconozcamos como parte de algo más grande que nosotros, algo que le da un sentido a nuestra existencia, algo que seguirá aquí cuando nosotros nos hayamos ido y la definición de cada quien sobre esta trascendencia influirá poderosamente sobre nuestra identidad.

Nuestra identidad, la manera en que nos auto-definimos será a su vez determinante para conformar nuestros sistemas de creencias y valores, de acuerdo a estos sistemas buscaremos capacitarnos en las disciplinas que nos faciliten a vivir y eso modificara nuestros patrones de conducta en todos los campos de nuestra vida, finalmente las conductas actuarán sobre nuestro medio ambiente y lo modificarán.

Es por lo tanto ilusorio pensar que si queremos lograr un cambio sostenido en nuestro medio ambiente bastará con modificar algunas de nuestras conductas en él, sin un cambio más profundo pronto volverán los malos hábitos, pero si trabajamos por cambiar nuestros niveles de trascendencia e identidad los cambios en los niveles superficiales se darán eficazmente sin esfuerzo y sin posibilidad de recaer.

Si nuestro medio ambiente está hoy en problemas, no hay duda de que como especie hemos carecido de un sentido de trascendencia sano que involucre a nuestro planeta.

Por la gravedad del problema no podemos dejar de trabajar en la generación de mejores conductas y capacidades, pero es igualmente urgente el aprovechar cada oportunidad y cada recurso disponible para influir en la manera de identificarnos como parte integrante de nuestra madre naturaleza, no luchamos por ella, luchamos por nosotros que también somos ella.

Arq. Justo E. Osorno Vizcaíno.

viernes, 10 de mayo de 2013

Liderazgo y áreas verdes


Todas las partes de la naturaleza,
incluso las más dispares a primera vista,
se relacionan entre sí por una infinidad de armonías secretas”.
Víctor Hugo.
Introducción.

La zona metropolitana de Guadalajara sufre hoy día de serios problemas en cuanto a la cantidad y calidad de sus áreas verdes urbanas, resultado entre otras cosas del crecimiento sin planeación de la ciudad, la toma de decisiones unilaterales y la falta de respeto a los reglamentos de urbanización de los distintos ayuntamientos metropolitanos a través de los años.

            Los trabajos forestales y de jardinería en las áreas públicas de nuestras ciudades, históricamente se han visto como un simple revestimiento de lujo, como zonas de reserva territorial y su importancia se ha relegado y subordinado a los intereses económicos o comerciales en un mal entendido concepto de desarrollo y progreso.

Esto puede apreciarse en el hecho de que todas las direcciones o departamentos de parques y jardines de los ayuntamientos conurbados son actualmente las dependencias con un mayor promedio de edad en cuanto a su personal y con mayor índice de incapacidades médicas, lo que hace que se vaya disminuyendo paulatinamente el rendimiento de estas direcciones y departamentos con el consiguiente menoscabo en el mantenimiento de las áreas verdes.

Así mismo, los presupuestos para estas actividades disminuían cada ejercicio de gobierno para favorecer otras áreas, sumamente importantes sin duda, como seguridad pública, obra pública o programas asistenciales, pero sin tomar conciencia de que la proliferación de jardines en la ciudad reduce el índice delictivo, previene enfermedades, ayuda a la salud mental de la población y propician la convivencia armónica y pacífica entre otros beneficios.

Solamente en la última década se empezaron a notar indicios de un interés general en los tapatíos hacia una conciencia ecológica, siguiendo una tendencia mundial que desde los años setenta empezó a advertir al planeta que si no cuidábamos el ambiente, pronto sería imposible continuar la vida como la conocemos.

El reto actual para Guadalajara es no únicamente conservar lo que se tiene y corregir los errores del pasado, sino buscar la optimización y el incremento en lo posible de los metros cuadrados de áreas verde por habitante, pero para ello es necesario la participación de al menos tres ámbitos distintos y a veces opuestos de la sociedad; el político, el técnico, y el social

Político.

“Transmitiremos esta ciudad no igual ni más pequeña, sino más grande,
mejor y más bella de lo que nos fue transmitida a nosotros”
Juramento de los ciudadanos atenienses
(Citado por M. Sintes Zamanillo, 2000)

La tradición de gobiernos paternalistas ha dejado profundas huellas en la cultura política de los ciudadanos, pero es responsabilidad de los gobiernos actuales, no de los ciudadanos, el cambiar esta forma de pensamiento.

La democracia es la forma más difícil de gobernar una sociedad, lo sencillo sería imponer los criterios mejor fundamentados y obligar al ciudadano a experimentar la bonanza o las consecuencias de las acciones así decretadas, pero este camino es parte del pasado, hoy la sociedad es más participativa y crítica, porque sabe que hoy tiene opciones.

Hoy en día la sociedad y el gobierno, juntos, están pagando el precio, los viejos árboles están poniendo en riesgo las vidas y los patrimonios de los vecinos favorecidos con ellos hace quince, veinte o treinta años atrás y el gobierno actual tiene que tomar una decisión difícil al respecto, cada árbol que derribe para proteger a un individuo será mal visto por la sociedad en general, tendrá que pagar un alto costo político para corregir los errores de administraciones pasadas, si decide no derribar el árbol y este por cualquier motivo cae causando algún daño, también será señalado como responsable, por otro lado, si decide reforestar con las especies adecuadas al entorno urbano, no tendrá el efecto deslumbrante que puede proporcionar el ficus, los efectos benéficos se verán en el largo plazo, en otras administraciones.

La razón y la responsabilidad pueden apuntar en una dirección y los intereses políticos en otra.

Sin embargo en este aspecto no hace falta un líder, el líder ya ha sido elegido en las urnas y su deber es beneficiar a la sociedad con sus decisiones, aún en el caso de que estas decisiones afecten su imagen en el corto plazo y con ello sus aspiraciones políticas inmediatas.

Técnico.

“No es en los anchos campos o en los jardines grandes donde veo llegar la primavera,
es en los pocos árboles pobres de una plazuela de la ciudad.
Allí, el verdor destaca como una dádiva y es alegre como una tristeza buena”
Fernando Pessoa

Son muchas y muy obvias las razones para involucrar el aspecto técnico en la toma de decisiones respecto a las áreas verdes urbanas, cuando hablamos de jardines públicos estamos hablando de conjuntos organizados de seres vivos vegetales, los cuales al quedar inmersos en un entorno urbano son expuestos a muchos peligros y limitaciones que deben ser estudiadas y resueltas por expertos en cuestiones agronómicas, biológicas, fitosanitarias, forestales, ecológicas, etc. Incluso es importante destacar el aspecto paisajístico arquitectónico.

Un tema específico en donde es evidente que las decisiones que se tomaron no consideraron el aspecto técnico sino que obedecieron a otro tipo de interés, son la cantidad de árboles de especies inadecuadas que encontramos por toda la ciudad, es decir especies como los hules, eucaliptos, laurel de la India, casuarinas, etc. Plantados en cajetes de 40 y 60 cm. De ancho y que actualmente han destrozado banquetas, aljibes, drenajes y pavimentos poniendo en riesgo incluso la estabilidad de algunas construcciones.

Social.

“El simple contacto del hombre con la naturaleza
ejerce un poder tranquilo, endulza el dolor y calma las pasiones,
cuando el alma se siente íntimamente agitada”.
A. Humboldt,

Si bien es cierto que los beneficios que proporcionan las áreas verdes no tienen límites geográficos ni políticos, si podemos asegurar que los mas beneficiados por ellas son los usuarios y vecinos directos, los visitantes asiduos que experimentan el contacto directo con los elementos naturales de un jardín.

A esta sector de la población me refiero para tocar el aspecto social de las áreas verdes urbanas, ya que sin la participación directa de la sociedad que los rodea, es sumamente complicado dar el mantenimiento adecuado a los parques y jardines, incluso a las áreas jardinadas de las vialidades como glorietas y camellones, es importante contar con al menos el respeto de esta sociedad hacia las plantas, la infraestructura y el mobiliario urbano de las áreas verdes.

Sin embargo, como cada vez es mas evidente, las juntas de colonos establecidas y reconocidas por la autoridad municipal, deben tener la capacidad de convocatoria y la comunicación interna suficiente para ser portavoces de los intereses de la mayoría de sus representados dando a conocer oportunamente las necesidades actuales de su colonia y visualizando la proyección de ellas en el largo plazo, cada vez hay un mayor número de personas dispuestas a dedicarle unas horas mensuales a actividades comunitarias, aunque todavía hay mucho por hacer en ese sentido.

Existe un riesgo en este apartado, dentro de la euforia ecologista actual han surgido un sinnúmero de organizaciones, algunas de las cuales aprovechan la bandera ambientalista para promover propuestas individuales de índole distinta, principalmente argumentos políticos, provocando un caos de información para el cual la sociedad en general no esta debidamente preparada.

Visión inmediata.

Aunque la palabra clave para resolver los problemas actuales de las áreas verdes de Guadalajara, junto con los de la mayoría de las grandes ciudades, sea indiscutiblemente la palabra “Participación”, para conjugar de manera efectiva el conocimiento técnico con las necesidades de la población y el ejercicio de gobierno, la principal carencia que tiene la sociedad tapatía es la de un líder.

Me refiero a un  liderazgo específicamente enfocado a este tema, los parques y jardines públicos, el cual puede perfectamente provenir de cualquiera de los tres sectores descritos en este documento y tener posibilidades de éxito.

Arq. Justo E. Osorno Vizcaíno.